Bueno, pues tras presentarme os dejo la sinopsis de esta historia y un poco del "prólogo". Lo de las comillas es porque me han aconsejado que es demasiado largo para que sea un prólogo pero como esto al fin y al cabo es el borrador, ya lo corregiré cuando termine y haré un prólogo nuevo y esto lo dejaré como el primer capítulo.
La verdad es que releyéndome ahora que ha pasado un tiempo me doy cuenta que necesita que lo reescriba, pero hasta que no haya terminado con la primera parte ya digo que no lo haré, así que bueno, no está tan bien como los últimos que he escrito pero creo que se puede leer
SINOPSIS:
Tras la última batalla contra los demonios, los ángeles quedaron muy debilitados por lo que tienen que sufrir un duro entrenamiento para poder pertenecer al Coro Celestial. En esta era el nuevo encargado de adiestrar a los jóvenes principiantes es Gabriel, un ángel al que todos quieren nombrarle arcángel pero él lo rechaza siempre.
Los ángeles, bellas y poderosas criaturas pero que están condenados a no poder amar a nadie mientras que los demonios se esfuerzan por tentarles.
Esta historia se desarrolla en un mundo basado en la Tierra pero una Tierra diferente a la que conocemos, en la que parte está dominada por los demonios y sus defensores y en otras, el poder de la Inquisición,una organización muy avanzada tecnológicamente, se ha logrado imponer. Un mundo donde todos intentan hacerse con el 5º elemento o akasha, el material más valioso y escaso que existe.
Todo se complica a partir de que Amarael, una joven candidata a ángel, conoce a un demonio con el que se ve a escondidas.
PRÓLOGOToda Ciudad Sacra estaba revolucionada ese día. Las ondinas, pequeñas hadas que vivían en los ríos de aguas más puras haciéndolas fluir, cantaban una canción que alegraba el alma del que la escuchara. El sol mayor brillaba más radiante que nunca. Decenas de dragones plateados revoloteaban por encima de los tejados y torres más altas, mientras que sus alas iban trazando toda clase de dibujos. Quien mirase hacia arriba ese día, vería un cielo tatuado con la más fina aguja y con tinta áurea y argéntea.
Sin embargo, el ambiente que se respiraba en el Rayo de Zeus era muy diferente. Rayo de Zeus era el nombre que recibía el palacio que dominaba el último cielo: Majón, y en el cuál se encontraba el lugar más sagrado de todo el Universo, Avarot, el trono de Dios.
Desde que existe la vida en la Tierra, el único que lo ha ocupado ha sido Metatrón, un ángel bellísimo con diez alas que son atravesadas continuamente por miles de rayos de luz que al atravesar el akasha(material del que están hechos los ángeles) se descomponen en millones de diminutos arco iris.
Metatrón está rodeado por los seraphines, ángeles dotados de seis alas que según muchos, son para protegerse de la luz que desprende su señor. El líder de este coro celestial es Serafiel, el único que puede hablarle directamente a Metatrón.
Los ángeles, como seres puros y perfectos que son, no gozan del libre albedrío y tienen unas leyes muy severas que cumplir. La que más ejecuciones les había costado era aquella que prohibía amar o tener cualquier tipo de contacto físico con cualquier otro ser. Eso es algo carnal; unos seres tan puros y espirituales no lo necesitaban. Aún así los demonios se empeñaban en tentarlos y siempre caían muchos. Últimamente los arcángeles pasaban esta norma por alto aludiendo que "ya tuvieron bastante con la última batalla como para ocasionar más pérdidas" Pero a Metatrón esto no le hacía ninguna gracia. " Si pecan, ¿cómo pueden ser ángeles?" Y el evento que se iba a producir era la gota que colmaba el vaso: la boda de Mikael y Zadquiel. Él, general del Ejército Azul, el ángel que derrotó a Lucifer; ella, también un arcángel, líder del Rayo Violeta. Esa mujer siempre le había parecido muy rara: tenía ideas muy parecidas a Lilith, además que se había materializado en un cuerpo que tentaba a más de uno.
Metatrón ordenó que la espiasen pero ella los descubrió y exclamó muy ofendida que ningún ser de ninguna galaxia lo suficientemente bueno para ella. Y ahí estaba ahora:casándose con Mikael y proclamando que ese acto traería la salvación a los ángeles curándoles de la Infección y esa cura era nada menos que: amor.
El amor consistía en apoyarse los unos a los otros, en impregnar el corazón de amor y adoración hacia su dios, no en compartir el mismo lecho. Y después de ellos les seguirían los demás. Y el amor los infectará a todos. ¡Qué desperdicio de akasha...!
Afortunadamente, los ángeles más antiguos pensaban como él. Pero a pesar de todo, Mikael lo anunció y el pueblo le apoyó. ¿Qué podía hacer él? ¿Juzgarlos a todos?
* * *
La hora se acercaba. Todos los ciudadanos se habían ataviado con sus mejores galas.
Los más jóvenes exclamaban sorprendidos cuando miraban al cielo. Mikael esperaba en el altar. Tendría que ser el hombre más feliz del mundo, pero por mucho que intentaba disfrazar su preocupación con una sonrisa, no lograba sentirse mejor.
-Vendrá, ella te quiere- Raphael, el Médico del Cielo y amigo íntimo del novio estaba junto a su compañero en el altar. Se había encargado de que todo fuese perfecto, de que todos recordasen aquel día como el más espléndido de todos los tiempos, como el día que marcaría el comienzo de una nueva era. Había tenido que discutir con los demás, pero no le importaba; si así podía salvar a los ángeles haría lo que fuera para que nada interfiriera.
Las campanas retumbaron. Comenzaba la cuenta atrás. Seis campanadas más y la novia llegaría...
Mikael no pudo evitar recordar momentos pasados: cómo se habían conocido, cómo la primera vez que ella puso atención en él exclamó por todo lo alto que no era más que un aburrido engreído al que sólo le importaba el material del que estaba hecha una espada; de cómo él había pensado que lo que tenía era envidia porque él era más fuerte...
_Otra campanada_
...De cómo se había sorprendido cuando regresaba cansado de una misión y la vio entonando la más dulce y triste melodía: Polvo de estrellas. Todos somos polvo de estrellas... en el lago del Jardín, sin ninguna joya, ni armadura ni prenda que anunciasen
su cargo, sin que supiese que la estaban observando... De cómo se acercó a hablar con ella y ella lo tiró al agua; de lo que sintieron cuando se miraron a los ojos por primera vez, cubiertos de gotitas de aquel agua sagrada que atraían los rayos de la luna sobre la
túnica blanca de él y sobre la blanca piel de ella, de todo lo que vino después...
_Y otra vez el sonido de la campana les hacía vibrar los tímpanos; ya sólo quedaban cuatro._
"No me separaré de ti hermana, nada ni nadie lo hará" Su hermana podía esperar...no le iba a pasar nada si Zadquiel la dejaba sola un momento pero en cambio a él se le agotaba el tiempo...
_Tres campanadas_
El órgano de la iglesia no cesaba pero Mikael no lo escuchaba.
-Voy a buscarla.
-¿Pero qué dic...?
Raphael no pudo terminar la frase. Y ante los ojos de todos aquellos ángeles tan ilusionados, Mikael despegó sus seis alas y echó a volar rompiendo una vidriera que representaba a Eva hablando con la serpiente. Los trozos de aquel cristal coloreado brillaban como la sangre.
CONTINUARÁEpero todo tipo de críticas!! ya avisé que era lo primero que escribía en serio